Mi clase ❤️

 Este año he llegado nueva al colegio. Mis niñas y mis niños aprendieron mi nombre rápidamente. Helena. Seño Helena. Helen. En pocos días sus voces se alzaban diciendo “Helena, te quiero”, “Helena te amo”, “seño Helena mira lo que hago”, y sus manos hacían sombras divertidas sobre la pared. Sus voces rugían con ternura para protegerme del viento y susurraban también, poemas sin rima. El caso era dejarme sin palabras con sus gestos y brazos. Ellos/as han conseguido que me sienta  parte de aquí y de ahora. Con sus manos extendidas pidiendo risas y consuelo. No sé si saben que ahora son casa, mi casa, de 9 a 14. Que con ellos la lluvia siempre es más suave y divertida. Mis alumnas/os están enamoradas/os del  murmullo del viento, de los cumpleaños, de sus madres, de los brazos que abrigan, de sus sombras  por el patio, de las voces de otros niños, de los cuentos, de la caricia por encima de los golpes. Y me encantan.